lunes, 27 de julio de 2020

#1345

Iniciamos por el 1345... porque en realidad hay tantos escritos no digitalizados, que fallecieron en las cenizas de hojas que se encontraron con fuegos y lágrimas. 
Hoy te escribo porque me acuerdo de ti, luego del frenesí de mis dias, del ajetreo en el encierro, y en la soledad de mi cuarto. Tu recuerdo se me viene a la mente como traido por el viento, como un soplo inesperado. Porque en medio de mi caos diario, tenia paz, y ahora que hallo paz, apareces tu y bueno... bueno, extrañarte me desequilibra hasta las lágrimas. 
No se borran los sentimientos, no se puede, estas ahí, permaneces como intacto o inmaculado, embalsamado, desde que te conocí, te quedaste para siempre guardado en mi mente y mis sentidos, como una obsesión casi enfermiza. 
Me siento triste y te extraño. Y vivo el la dicotomia de quererte y no poder, de desear estar contigo y no poder, por cualquier motivo, pero me duele ahora aun más porque los motivos son mios. 
Te quiero, es la verdad, te quise, es la verdad, y no lo sé, pero probablemente en el futuro tambien te siga queriendo. Y eso para mi es una condena. Como quisiera poder olvidar completamente lo vivido, diluir tus recuerdos como sangre en una corriente de agua, sacarte de mi sistema para ser completamente feliz, porque aunque me reconozco como un ser entero y completo, tu ausencia me desespera y me hace pensar, equivocamente, que sin ti, algo me falta.
No se cuando te vuelva a escribir, probablemente serían todos los dias cada vez que vienes a visitar mi mente en forma de reminiscencias, pero te evito con ocupaciones caseras, distracciones o trabajos...
Nos vemos en el recuerdo, en mi próximo recuerdo. 
Que estés bien.

Azul.

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